Cuando el tango es una historia de amor….


           Como muchos otros, me acerque al tango en momento de búsqueda personal, buscando una forma de expresión, allá por 1999, en Mar del Plata.  No esperaba encontrar nada ni a nadie en particular. Ni siquiera me creía capaz de poder dar dos pasos seguidos. No tenía la menor idea de que un mundo nuevo me esperaba. 
            Al amparo de los acordes del bandoneón, todas las tristezas de mi vida desaparecieron en el Abrazo. Por primera vez me sentía libre, aunque estaba verdaderamente atrapada por el tango, no podría dejar de bailar un sólo día. El tango se apodero de mi cuerpo y de mi alma. Y extrañamente, con toda su melancolía y su tristeza, me lleno de vida y de alegría. Me regalo los más bellos amigos…y como si me hubiera dado poco, cuando ya no podía esperar más generosidad… me sorprendió con el amor en el más dulce de los abrazos tangueros…
             Y así como el tango llegó para quedarse en mi vida, también el amor de otro loco tanguero como yo… Por eso el tango ya es parte de nuestras vidas, aunque ya no vayamos todos los días a la milonga. Por eso sonrio cuando mi hijo me pregunta ¿Qué es esa música? , y respondo: Es un tango, bailando esa música nos conocimos con tu papá. Y con sus pequeños tres añitos me dice: Bailen mamá. Ponete los zapatos.  

María Sol

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