Mi vida y el tango


Llegué a este mundo en la primavera del 35´, cuando aún el pueblo argentino mantenía el luto por la muerte de Carlos Gardel.  Acunado por mi madre que cantaba con voz prístina los tangos y los valses de Libertad Lamarque y por ende, fui creciendo con los arrullos de la orquesta de Francisco Canaro.
En la adolescencia, junto a varios compañeros éramos hinchas de A. Troilo, pero en los bailes nos gustaba más  bailar con los rápidos ritmos de D´Arienzo, De Angelis, Biaggi, Calo etc. Ni nos enganchábamos con las orquestas de ritmos foráneos como por ejemplo la de O. Norton  que presentó por primera vez en el país el tema "Delicado" en el club G. y Esgrima de La Plata.-
Siempre tuve veleidades de cantor (frustrado por cierto) y lo hacía en el Servicio Militar cuando nos tuvimos que quedar de retenes durante la Revolución Libertadora del 55´ y armamos junto a otros colimbas de la Banda, una orquesta … cantando por primera y única vez en los Carnavales de Pipinas.
En las famosas matinées berisenses, conocí entre tango y tango a la que iba a ser la compañera de toda la vida y madre de mis tres hijos. Para ejercer mi profesión me radiqué en un pueblito pampeano de 3.500 habitantes, donde causábamos admiración porque con mi esposa formábamos una pareja que bailaba bastante bien, y sobresalíamos por la juventud y ganas por bailar desde el primero al último tango.
Y por más que mis hijos fueron  acunados por mis “graznidos canyengues", no fueron adictos al tango y se enfrascaron en la música de Pink Floyd y el frenético rock de Kiss.-
Pero no hay mal que dure 100 años… mi hija menor, creció con la danza y estudió clásico, y danzas españolas, pero un día despuntó el vicio con el tango y dejando de lado su título de Licenciada en Artes, de ahí en más dedicó todo su tiempo al TANGO.-
Baila y enseña, llevando su arte por varios lugares del mundo y en este  querido Buenos Aires...
¡Que más puede pedir un fanático del tango?! Si bien no baila como su hija, todavía lo hace a la antigua con el tango de salón y despunta el vicio en alguna fiesta familiar o en una peña de truco, con uno que otro tango, que no serán para grabarlos, pero les puedo afirmar que lo hago con todo el sentimiento y desde el alma.

Jorge M. de  La Plata-La Pampa- Argentina

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