Del desamor al amor…

FLASHBACK /  Instantáneas tangueras  / EL AMOR AUN NO LLEGA

ESCENA 1:  INTERIOR DE UN AUTO. RUTAS ARGENTINAS.  FLIA MELE.  
… a mi papá le gustaba cantar tangos, de hecho chapeaba con que alguna vez había sido cantante de tangos y que tenía una orquesta con sus compañeros de la universidad.  Siempre recuerdo su anécdota de su gira a “Pipinas”  y Remembranzas  como su tango favorito.
También  a mi viejo  le gusta mucho viajar y de chicos nos subía al auto y realizábamos unos viajes eternos acompañados por  tangos en el "pasacassette", él cantaba mientras  mis hermanos  y yo peleábamos atrás para matar el tiempo.  Sólo recuerdo dos tangos que a mí me gustaban... "La Pastora (con su tralaralala) “ ... y "Azabache (con su chumbacachumba) “ ... melodías que han quedado en mi cabeza por siempre y que hoy me dan un enorme placer bailarlas "

ESCENA 2: QUINCHO DE JUAN. FLIA COMPLETA. SOBREMESA. BERISSO
… los asados en lo del tío Juan, recuerdo que cuando el alcohol entraba a calentar el pico todos se ponían a cantar tangos, aunque pocos se acordaban de la letra ; de vez en cuando se armaba algún baile con Roberto,  Alicia y mis viejos.
No recuerdo que me gustara, pero me resultaba divertido ver a unos  simpáticos borrachines pegando alaridos y bailando lo que podían... ( creo que me van a  expulsar  de la familia por esta confesión)

ESCENA 3: ALVEAR FOOTBALL CLUB. INT. ALVEAR- LA PAMPA- MUESTRA DE FIN DE AÑO DE LA ESCUELA DE DANZAS.

Vestido Rojo, medias red... Taquito militar
Vestido Turquesa, zapatos plateados ... Celos

FUNDIDO A NEGRO /  ADOLESCENCIA PROLONGADA.

FINALMENTE LLEGO EL DIA. CON EL DESAMOR …  EL AMOR / AÑO 97´. VERANO. BUENOS AIRES

Estaba totalmente deprimida en casa. La tristeza me la había provocado una desilusión amorosa. Un bello chico con el que estaba saliendo me había dejado y yo no tenía consuelo alguno.
Dos de mis mejores amigos, El Negro y Leandro, vinieron a buscarme a la tardecita para invitarme a una clase gratis de tango que organizaba el gobierno de la ciudad en Palermo.
Ninguno de los dos bailaba nada, creo que ni siquiera ellos estaban demasiado interesados en ir. Yo me sentía en el más bajo de los fondos, vulnerable a todo, no tardaron demasiado en convencerme, que mejor que el tango para regodearme en mi propia tragedia pensé. Y fuimos.
Una sala enorme, llena de gente de todas las edades y ahí  estaba Sofía, una voluptuosa tanguera de alma portando una falda ajustada “animal print” , pelo corto arrabalero, mucho maquillaje, mucho color, mucho todo. Quedé impactada con su imagen y recuerdo sus pies, sus zapatos de tango y esa delicadeza que tenía al caminar.
Pienso que fue la tristeza lo que me conectó con la música, con el baile, con el abrazo, pero de todas maneras me sentía  feliz después de  esa clase, fascinada y con la plena seguridad que iba a seguir bailando por mucho tiempo.
 Aquel día comenzó la tan famosa adicción y después... (importa el después?)  eso ya fue parte de otra historia…

Carina M.  de Argentina


No hay comentarios:

Publicar un comentario